Alternativa para la siembra comercial de cinco especies de frutales en la costa Atlántica

Date
1995
Authors
Espeleta Maya, Antonio J.
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Publisher
Universidad del Magdalena
Abstract
Los frutales en la costa Atlántica se cultivan en un 90% en forma tradicional con producciones bajas y calidad del producto deficiente. Abasteciendo un mercado que día a día exige calidad para complacer a los consumidores finales. Las pérdidas por el mal manejo del cultivo son considerables sumadas a la baja producción de las frutas atendidas con una tecnología escasa basada en la experiencia rudimentaria de agricultores. Los suelos mal manejados, densidad de siembra inadecuada, labores de cultivo insuficientes y control fitosanitario ausente, son problemas generalizados en toda el área frutícola de la región. El trabajo que se presenta tiene un carácter de diagnóstico el cual nos lleva a una solución teórica basada en conceptos altamente técnicos, que pueden servir como guía a los agricultores de la costa Atlántica en la explotación comercial de las frutas tropicales, obteniendo una buena rentabilidad a mediano plazo. La información se obtuvo a través de la revisión bibliográfica de documentos escritos por especialistas en el tema, así como la experiencia adquirida por el autor en transcurso de los estudios teórico-prácticos de la especialización de frutas tropicales cursada durante 1994 - 1995. Los conceptos magistrales de los profesores que dictaron los diferentes seminarios para el postgrado fueron de consideración en la elaboración del trabajo. Los cultivos escogidos fueron: melón, papaya, mango, cítricos (naranja) y guanábana por considerarlos representativos de la región y que existen en diferentes materiales genéticos adoptados con aceptación en. los mercados cercanos. La tierra requerida para la ejecución del proyecto es de 18 hectáreas sembradas y se intercalan 41 papaya y el melón con las especies permanentes o sea con el mango, la guanábana y los cítricos, planteándose el proyecto de la siguiente manera: el cultivo de papaya va intercalado con la guanábana y la naranja; dos árboles de papaya a dos punto cinco metros de distancia, entre dos árboles de los cultivos permanentes. Lo anterior da una densidad de siembra de papaya de 1600 plantas por hectáreas, que en dos hectáreas serían 19200 plantas en total lo que equivale a seis hectáreas de papaya en monocultivo. El cultivo del melón va intercalado con el mango. Al sembrar el cultivo permanente a una distancia de siembra de 10 mts x 10 mis x 10 mts, se utilizarán las calles para sembrar cuatro camellones de melón de 1.8 mts de largo y 0.5 mts entre plantas en el primer año. El segundo año considerando el crecimiento de los árboles de mango, especialmente la zona de raíces, se sembraran solamente tres comilones. El tiempo que transcurre en tic las dos cosechas de melón se pueden sembrar en la misma zona de cultivo leguminosas tempranas como el frijol cabecita negra, con lo que se consigue nitrogenar el suelo. Con los cultivos intercalados se obtiene la reducción del área sembrada de 30 hectáreas requeridas potencialmente a 18 hectáreas reales, lo que permite escoger los mejores lotes para la siembra, desechando las zonas que presenten deficiencia físicas, químicas u otros factores que puedan afectar el buen desarrollo de las plantas y por ende la producción. Los costos de preparación de tierra, riego, administración, compra y utilización de equipo, mano de obra entre otros, disminuyen afectando el costo total del proyecto en un 40 % menos. El hecho de incluir dos cultivos de corta duración como el melón y papaya permite obtener ingresos a corto y mediano plazo que pueden ser utilizados para solventar los gastos que requiere el proyecto en los años 3 y 4, en los cuales los cultivos permanentes presentan un déficit en su relación egresos Vs. ingresos por ser la producción muy baja en estos primeros ciclos. Con inversión propia del 30% v crédito bancario del 70% del total de la inversión lo cual equivaldría a $ 35'617.000 y $ 83'105.000, respectivamente, se puede ejecutar el proyecto con altos índices de rentabilidad. La TIR de 18.22 % podría parecer baja pero se considera que la mayor parte del capital invertido es financiado. La empresa o persona ejecutante debe presentar un balance económico suficiente que le permita garantizar la inversión propia y responder por el crédito necesario. La ejecución del proyecto exige necesariamente la asistencia técnica de un profesional especializado que maneje con suficiencia la parte agronómica con un sentido empresarial encaminado a obtener altas producciones y de óptima calidad. No se considera en la inversión la construcción y utilización de sistema de riego por goteo, micro-yet o aspersión cern pozo profundo, ya que los costos se elevan de tal forma que el proyecto no es rentable calculado a esta escala. Para la implementación de un sistema de tal naturaleza se necesita aumentar el área de siembra a más de 80 hectáreas. La inversión podría realizarse en el caso que nos ocupa a partir del séptimo año en adelante, aprovechando los ingresos que genera la venta de la producción de los cultivos permanentes. Sin ser objetivos del proyecto en su presentación, se anotan algunas consideraciones agronómicas con la finalidad de señalar la importancia de estos factores para obtener óptimos resultados en calidad y productividad. Insistimos en que un buen manejo técnico dirigido por profesionales es indispensable en toda inversión agrícola que pretenda obtener productos competitivos en los mercados nacionales e internacionales.
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Keywords
Inversión agrícola, Agricultores, Cultivo, Calidad y productividad, Consumidores
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